Cantante, compositor, poeta... andaluz, de Úbeda, 1947. Sabina es mucho más. Tiene una biografía dilatada que da para una película apasionante. En su juventud militó en movimientos de izquierdas opuestos al franquismo y en 1970 tuvo que exiliarse en París y en Londres, sobreviviendo como pudo. Regresó a España en 1977 y entonces comenzó su verdadera carrera artística.
Cuando Sabina canta, retrata con su poesía canalla una realidad matizada a través de su visión de la vida. Poeta urbano que se recrea en temas de amor y desamor, alcohol, vida de noche, princesas y aves de paso, coca y ambulancias blancas, camas vacías y piratas cojos. Una realidad entre esquiva, sórdida y cruel.
Su forma de vida ha sido intensa y apasionada. El mismo afirmó ser "mejor fumador que cantante". Alcohol, drogas, tabaco, mujeres, amigos y música. Luis Eduardo Aute dice de el: "...degenerado y mujeriego, con cierto aspecto de faquir, anda arrastrando su esqueleto por las entrañas de Madrid".
Sabina alargó la juventud hasta los 50 años pero le pasó factura. Primero un ictus, después una depresión. Motivos suficientes para poner una pizca de cordura y vivir unos años más. Ya no es el que era o quizás si es, pero ha levantado el pie.
Su creación es muy extensa con cientos de canciones, ilustraciones, pinturas, poemas, etc. Cuenta con 17 discos de estudio, varios más en directo, numerosas colaboraciones con casi todo el elenco artístico del país, infinidad de giras por todo el mundo hispano y millones de discos vendidos.
Es imposible seleccionar una sola canción que represente al "Flaco de Úbeda". Sabina es cientos de canciones, miles de versos, pero atendiendo al gusto personal he escogido esta de su primera época, del disco "Malas compañias" de 1980
Escuchar la play list completa de Discoteca con historia en Spotify
Comentarios
Publicar un comentario