Enrique Urquijo nació en Madrid el 15 de febrero de 1960. Fue un chaval madrileño de clase media, del barrio de Argüelles, gran aficionado a la música desde pequeño. Era aficionado al country, pero le gustaban más Carlos Cano y José Alfredo Jiménez y mucho más María Dolores Pradera. Junto con sus hermanos Javier y Álvaro, y el inolvidable Canito, dio vida a uno de los grandes grupos del pop español de todos los tiempos, Los Secretos, que iniciaron su andadura en 1980.
Enrique era extremadamente tímido y aprendió a usar la música como medio para expresarse. Compuso grandes canciones casi todas románticas, melancólicas, a veces desgarradas, quizás reflejo de sentimientos que le herían las entrañas. Tocó en grandes recintos y en garitos minúsculos, con su grupo y también con otros colegas de la movida. Pero pasó la mitad de su existencia sumido en un círculo vicioso que le llevaba de la depresión al alcohol y a la heroína, aunque manteniendo el tipo en los escenarios.
A pesar de varios intentos por desengancharse, no pudo ser. Era un secreto a voces entre sus camaradas de la madrugada, que aquello terminaría en tragedia. El 17 de noviembre de 1999 apareció muerto en un portal en el barrio de Malasaña, el mismo barrio que le vio vagar con su figura melancólica en tantas ocasiones, buscando el último trago, el último cigarro, el último chute...
Lo que hizo Enrique fueron solo canciones, pero aún ahora, cuando suenan se produce un milagro y volvemos a tener aquella edad, porque son pura nostalgia. Hay versos que llegan a tocarte dentro y resultan premonitorios:
"He muerto y he resucitado. Con mis cenizas un árbol he plantado, su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado"
La última canción que compuso Enrique Urquijo fue "Hoy la vi" que salió a la luz en el disco homenaje a su figura aparecido en el año 2000.
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